Ir al contenido principal

Diálogo de «La cantante calva», Ionesco (análisis pragmático)



SR. SMITH (siempre absorto en su diario): Mira, aquí dice que Bobby Watson ha muerto.
SRA. SMITH: ¡Oh, Dios mío! ¡Pobre! ¿Cuándo ha muerto?
SR. SMITH: ¿Por qué pones esa cara de asombro? Lo sabías muy bien. Murió hace dos años. Recuerda que asistimos a su entierro hace año y medio.
SRA. SMITH: Claro está que lo recuerdo. Lo recordé en seguida, pero no comprendo por qué te has mostrado tan sorprendido al ver eso en el diario.
SR. SMITH: Eso no estaba en el diario. Hace ya tres años que hablaron de su muerte. ¡Lo he recordado por asociación de ideas!
SRA. SMITH: ¡Qué lástima! Se conservaba tan bien.
SR. SMITH: Era el cadáver más lindo de Gran Bretaña. No representaba la edad que tenía. Pobre Bobby, llevaba cuatro años muerto y estaba todavía caliente. Era un verdadero cadáver viviente. ¡Y qué alegre era!

La información pragmática es el conjunto de conocimientos, creencias, opiniones, sentimientos, etc. de cada uno de los individuos que participan en una conversación. Aunque es de carácter subjetivo, los interlocutores suelen compartir parcelas de información (el lenguaje es una de esas parcelas porque, para que se produzca comunicación, los interlocutores deben tener un conocimiento común de los contenidos semánticos de las palabras). Cada interlocutor va construyendo hipótesis sobre dichas parcelas y de su adecuación dependerá el éxito de la comunicación.
En este fragmento de una obra de teatro, podemos analizar la información pragmática desde dos puntos de vista. El primero, considerando que emisor y receptor son Sr. y Sra. Smith respectivamente; el segundo, teniendo en cuenta que emisores son los dos personajes de ficción y receptor es todo el público asistente a la representación o el posible lector de la obra.
En esta obra, el autor (Ionesco) rompe los tres subcomponentes en los que se divide la información pragmática (general, situacional y contextual). El subcomponente general, que comprende el conocimiento del mundo y de las costumbres culturales, queda roto por la manera con la que se trata el tema de la muerte. En la cultura occidental, cuando una persona muere es enterrada en los días siguientes a su fallecimiento, pero, según la información aportada por Sr. Smith, Bobby fue enterrado seis meses después de su muerte.
Atendiendo al enfoque de análisis según el cual emisor son los personajes y receptor el público o el lector, el subcomponente contextual queda completamente roto, ya que el emisor aporta una información a partir de la cual el receptor construye una hipótesis que queda invalidada inmediatamente cuando el emisor aporta nueva información que contradice la hipótesis inicial. La constante ruptura del subcomponente contextual puede apreciarse en la siguiente tabla:

Información aportada por el emisor (personajes)
Hipótesis que construye el receptor (público/lector)
En el diario dice que Bobby ha muerto.
Sr. Smith acaba de enterarse de que Bobby ha muerto porque lo ha leído en el diario
Sra. Smith pregunta cuándo murió Bobby.
Sra. Smith no sabía ni que Bobby había muerto ni cuándo se había producido su fallecimiento.
Bobby murió hace dos años y fueron a su entierro hace año y medio.
Bobby murió hace dos años.
Sra. Smith sabía que Bobby había muerto.
El entierro se produjo seis meses después de la muerte.
En el diario no pone nada de la muerte de Bobby, que se produjo hace tres años.
Sr. Smith no se ha enterado de la muerte de Bobby por el diario, sino que lo ha recordado. Los datos anteriores son incorrectos y contradictorios.
Bobby llevaba cuatro años muerto.
Los datos anteriores son incorrectos y contradictorios. Ya no se puede inferir la verdadera fecha de la muerte de Bobby.

Si consideramos que Sr. Smith es el emisor y Sra. Smith la receptora, podemos hablar de la ruptura del subcomponente situacional, que es el que abarca los conocimientos que se derivan de lo que los interlocutores captan durante la conversación. Para que se produzca la comunicación es necesario que parte de la parcela de información de los interlocutores sea común (hipótesis del conocimiento mutuo). En este caso, esta información común es la muerte de Bobby, de la que ambos tienen constancia. No obstante, el subcomponente situacional se rompe porque los interlocutores no actúan de manera congruente con respecto a la parcela de información que comparten. Ambos saben que Bobby ha muerto, pero intercambian mensajes en los que esta información se pone en duda. El conocimiento derivado de lo que los interlocutores perciben es, por consiguiente, difuso: según algunos mensajes se deduce que el conocimiento de los interlocutores sobre la muerte de Bobby es preciso, pero, según otros, parece que no está claro que sepan, siquiera, cuándo murió.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cinco horas con Mario: comentario de texto

Querer no sé lo que querrán, lo que sí te puedo decir es que deberían tener más respeto y un poquito más de consideración, que hasta el mismo Mario tú lo estás viendo, y de sobras sé que es muy joven, pero una vez que se tuerce, ¿puedes decirme quién le endereza? Los malos ejemplos, cariño, que no me canso de repetírtelo, y no es que vaya a decir ahora que Mario sea un caso perdido, ni mucho menos, que a su manera es cariñoso, pero no me digas cómo se pone cada vez que habla, si se le salen los ojos de las órbitas, con las "patrioterías" y los "fariseísmos", que el día que le oí defender el Estado laico casi me desmayo, Mario, palabra, que hasta ahí podíamos llegar. Desde luego, la Universidad no les prueba a estos chicos, desengáñate, les meten muchas ideas raras allí, por mucho que digáis, que mamá, que en paz descanse, ponía el dedo en la llaga, "la instrucción, en el Colegio; la educación, en casa", que a mamá, no es porque yo lo diga, no se le iba una

Un hombre pasa con un pan al hombro, César Vallejo

" Un hombre pasa con un pan al hombro ¿Voy a escribir, después, sobre mi doble? Otro se sienta, ráscase, extrae un piojo de su axila, mátalo ¿Con qué valor hablar del psicoanálisis? Otro ha entrado en mi pecho con un palo en la mano  ¿Hablar luego de Sócrates al médico? Un cojo pasa dando el brazo a un niño ¿Voy, después, a leer a André Bretón? Otro tiembla de frío, tose, escupe sangre ¿Cabrá aludir jamás al Yo profundo?  Otro busca en el fango huesos, cáscaras ¿Cómo escribir, después del infinito? Un albañil cae de un techo, muere y ya no almuerza ¿Innovar, luego, el tropo, la metáfora? Un comerciante roba un gramo en el peso a un cliente  ¿Hablar, después, de cuarta dimensión? Un banquero falsea su balance ¿Con qué cara llorar en el teatro? Un paria duerme con el pie a la espalda ¿Hablar, después, a nadie de Picasso? Alguien va en un entierro sollozando ¿Cómo luego ingresar a la Academia? Alguien limpia un f

Après moi, le déluge. Lluïsa Cunillé (2007)

Lluïsa Cunillé ha obtenido el Premio Nacional de Literatura Dramática. Escribió esta obra por encargo del Teatro Lliure, que le propuso una pieza teatral relativa al informe de 2004 de la FAO acerca de los últimos índices de mortalidad infantil en el planeta. Esta obra ganó el Premi Lletra d'Or en 2008 (primera vez que este premio recaía en un texto teatral). Après moi, le déluge se estrenó en 2007 bajo la dirección de Carlota Subirós, quien declaró que esta obra "indaga en muchos de los espacios de la mala conciencia que tenemos como europeos". Para ella, la pieza es "un viaje a las tinieblas del corazón de cada uno" y señala cómo trata un tema por el que solemos pasar de puntillas haciendo que el espectador se plantee qué tipo de compromiso tiene con la situación de pobreza y hambre que padecen los países del tercer mundo. Es por esto por lo que el personaje escogido por Cunillé como interlocutor del anciano congoleño se trata de un hombre de negocios eur