Ir al contenido principal

Comentario de una canción de Juan de Mena




Vuestros ojos que miraron
con tan discreto mirar,
firieron e no dexaron
en mí nada por matar.
Ellos, aún no contentos
de mi persona vencida,
me dan atales tormentos
que atormentan mi vida:
después que me sojuzgaron
con tan discreto mirar,
firieron e no dexaron
en mí nada por matar.

Esta canción comienza con una cabeza o pie de cuatro versos octosílabos, con rima consonante abab:
Vuestros ojos que miraron
con tan discreto mirar,
firieron e no dexaron
en mí nada por matar.

A continuación, prosigue con la mudanza, constituida igualmente por cuatro versos octosílabos, con rima consonante, en este caso cdcd:
Ellos, aún no contentos
de mi persona vencida,
me dan atales tormentos
que atormentan mi vida:

Para terminar, aparece la vuelta que no solo repite la rima de la cabeza sino que también repite los tres últimos versos a modo de estribillo:
después que me sojuzgaron
con tan discreto mirar,
firieron e no dexaron
en mí nada por matar.

La canción es uno de los géneros más importantes del siglo XV y, aunque tiene similitudes con el decir, hay que señalar que la canción suele referirse a emociones intensas pero fugaces, en un lenguaje muy conciso debido a la brevedad del poema, mientras que el decir suele ser más extenso y hace referencia a sentimientos más complejos. En este caso, la temática gira en torno a los ojos de la amada. Resulta ser un tema especialmente interesante e influyente en las ideas estéticas posteriores pues, en el Renacimiento, el amor y el sentido de la vista estarán íntimamente relacionados. La luz se convertirá así en el elemento indispensable para poder observar la belleza de la amada y los ojos constituirán el espejo del alma.
Para ilustrar estas ideas podemos comparar versos de la canción de Juan de Mena con los que posteriormente escribiría Gutierre de Cetina:

Vuestros ojos que miraron
con tan discreto mirar,
firieron e no dexaron
en mí nada por matar.
Juan de Mena

Hermosísimos ojos
(que ya no os osaré decir ojuelos,
como para templar mis desconsuelos
os solía llamar en mis enojos),
¿qué locura, qué antojos,
qué atrevida osadía
le ha venido de vos al alma mía?
                        Gutierre de Cetina

Como se puede apreciar, el parecido es innegable, por lo que Juan de Mena, en esta canción, se adelantaría a la predilección que posteriormente demostrarían los autores renacentistas por el sentido de la vista.

En cuanto a la métrica de esta canción cabe señalar que está escrita en cuartetas con rima consonante cruzada. El recurso estilístico más destacado es el de la personificación de los ojos que el poeta, hablando siempre en primera persona, hace de los ojos de la amada, a los que atribuye cualidades humanas (ojos que miraron, que hirieron, que atormentan, ojos no contentos). El poema, además, se desarrolla en una continua hipérbole, que consiste en el poder que sobre el autor tienen los ojos de la amada, tan intenso que hieren, atormentan e incluso matan. En el plano fónico es interesante señalar también alguna aliteración, como la que aparece en los versos 7 y 8, tormentos que atormentan, donde apreciamos también un ejemplo de derivación, presente en otros versos del poema como en miraron con tan discreto mirar.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cinco horas con Mario: comentario de texto

Querer no sé lo que querrán, lo que sí te puedo decir es que deberían tener más respeto y un poquito más de consideración, que hasta el mismo Mario tú lo estás viendo, y de sobras sé que es muy joven, pero una vez que se tuerce, ¿puedes decirme quién le endereza? Los malos ejemplos, cariño, que no me canso de repetírtelo, y no es que vaya a decir ahora que Mario sea un caso perdido, ni mucho menos, que a su manera es cariñoso, pero no me digas cómo se pone cada vez que habla, si se le salen los ojos de las órbitas, con las "patrioterías" y los "fariseísmos", que el día que le oí defender el Estado laico casi me desmayo, Mario, palabra, que hasta ahí podíamos llegar. Desde luego, la Universidad no les prueba a estos chicos, desengáñate, les meten muchas ideas raras allí, por mucho que digáis, que mamá, que en paz descanse, ponía el dedo en la llaga, "la instrucción, en el Colegio; la educación, en casa", que a mamá, no es porque yo lo diga, no se le iba una

Un hombre pasa con un pan al hombro, César Vallejo

" Un hombre pasa con un pan al hombro ¿Voy a escribir, después, sobre mi doble? Otro se sienta, ráscase, extrae un piojo de su axila, mátalo ¿Con qué valor hablar del psicoanálisis? Otro ha entrado en mi pecho con un palo en la mano  ¿Hablar luego de Sócrates al médico? Un cojo pasa dando el brazo a un niño ¿Voy, después, a leer a André Bretón? Otro tiembla de frío, tose, escupe sangre ¿Cabrá aludir jamás al Yo profundo?  Otro busca en el fango huesos, cáscaras ¿Cómo escribir, después del infinito? Un albañil cae de un techo, muere y ya no almuerza ¿Innovar, luego, el tropo, la metáfora? Un comerciante roba un gramo en el peso a un cliente  ¿Hablar, después, de cuarta dimensión? Un banquero falsea su balance ¿Con qué cara llorar en el teatro? Un paria duerme con el pie a la espalda ¿Hablar, después, a nadie de Picasso? Alguien va en un entierro sollozando ¿Cómo luego ingresar a la Academia? Alguien limpia un f

Après moi, le déluge. Lluïsa Cunillé (2007)

Lluïsa Cunillé ha obtenido el Premio Nacional de Literatura Dramática. Escribió esta obra por encargo del Teatro Lliure, que le propuso una pieza teatral relativa al informe de 2004 de la FAO acerca de los últimos índices de mortalidad infantil en el planeta. Esta obra ganó el Premi Lletra d'Or en 2008 (primera vez que este premio recaía en un texto teatral). Après moi, le déluge se estrenó en 2007 bajo la dirección de Carlota Subirós, quien declaró que esta obra "indaga en muchos de los espacios de la mala conciencia que tenemos como europeos". Para ella, la pieza es "un viaje a las tinieblas del corazón de cada uno" y señala cómo trata un tema por el que solemos pasar de puntillas haciendo que el espectador se plantee qué tipo de compromiso tiene con la situación de pobreza y hambre que padecen los países del tercer mundo. Es por esto por lo que el personaje escogido por Cunillé como interlocutor del anciano congoleño se trata de un hombre de negocios eur