Fue la escritora más prolífica y premiada entre las
autoras de la posguerra española (ganadora del premio Ciudad de Barcelona;
finalista del premio Planeta). El público la acogió de manera entusiasta; no
así la crítica, que no le ha prestado la menor atención. Llegó a utilizar
pseudónimo (María Ecin) para que se la juzgara por su obra y no por su nombre.
En su obra, Alborg distingue dos tendencias: una de
fantasía y otra realista. Una de las novelas de esta última tendencia es:
- Una
mujer llega al pueblo, premio
Ciudad de Barcelona (1956)
Retrato implacable de la España de los años 50. La acción transcurre durante tres días de julio en un pueblo de la Costa Brava. La protagonista es una joven huérfana que vuelve al pueblo porque fue expulsada de casa de su hermano tras conocer su embarazo. Destaca la hipocresía que caracteriza a ciertos personajes, sobre todo mujeres: - Paquita Cuenca: estereotipo de prostituta
amoral (otros escritores usaban prostitutas como personajes pero, al ser
hombres, no se consideraba tan grave). Los habitantes del pueblo creen
que es una viuda devota.
- Carmen Mendía: viuda de la alta burguesía con
dos caras (fuera del pueblo es una mujer moderna que tiene un amante
americano con el que pasa temporadas en Nueva York; en el pueblo es una
mujer conservadora y religiosa).
- Mosén Roque: cura caritativo, el único que
ayuda a la protagonista, quien logra dar a la luz en una cueva pero muere
tras el parto. El cura echará al pueblo la culpa de su muerte.
- Julián Serrallo: el alcalde es un hombre
interesado y cobarde que ha recibido el cargo como compensación por el
asesinato de su mujer a manos de los rojos.
Las técnicas empleadas fueron novedosas para la época, como el monólogo
interior o el contrapunto, que muestra al lector distintas versiones de un
mismo hecho, con el fin de demostrar que no existe una verdad absoluta, sino
impresiones particulares (influencia de Huxley y su Contrapunto). La ironía es otro de los recursos que utiliza para
desmitificar la realidad y desenmascarar a los personajes hipócritas.
Se publicó con graves mutilaciones. El mayor número de tachaduras se
acumula en torno al personaje de Paquita, por sacar beneficio de su oficio. Los
párrafos en los que hay alguna expresión sexual (sobre todo si viene de una
mujer) sufrieron muchas tachaduras.
Otro fragmento censurado fue el dedicado al homenaje a los
"caídos" en la guerra. La autora quería hacer ver al lector que los
jóvenes de la posguerra desconocían su pasado inmediato porque las familias y
la escuela trataban de falsearlo, de olvidarlo o de silenciarlo.
Salisachs tuvo, por tanto, graves dificultades para publicar Una mujer llega al pueblo pues, en esta
novela, muestra la degeneración moral de la España de la posguerra y denuncia
la falsa caridad y la indiferencia de todos ante el dolor del prójimo.
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