Laila
Ripoll ha dirigido el Centro Dramático Nacional y la Compañía Nacional de
Teatro Clásico, así como ha adaptado obras de Lope de Vega, Cervantes, Calderón
o Tirso de Molina.
Con esta
obra fue la primera vez que una mujer española viva formaba parte de la
programación del Centro Dramático Nacional, en calidad de autora. Los niños perdidos está dedicada a los
descendientes de familias republicanas que fueron ingresados en albergues, asilos,
conventos, hospicios y orfanatos durante la Guerra Civil y la dictadura
franquista. Se llamaron "niños perdidos" porque fueron arrebatados a
sus parientes y su huella intentó ser borrada. Fueron desvinculados de su
identidad y transportados en trenes de ganado sin agua ni alimentos, donde
muchos murieron. La obra reivindica el trato digno que merecen las víctimas de
esta desmemoria histórica.
Fueron
actores adultos quienes encarnaron el papel de estos personajes. La obra
comienza con una cita de Yeats en homenaje a las madres a las que se les privó
de la oportunidad de conocer que parte de estos menores pudieron haber
sobrevivido.
Ripoll
propone una reflexión sobre la culpa eligiendo a las figuras más indefensas. Los
protagonistas son ahora fantasmas encerrados en un desván que se rebelan
fantaseando sin resignarse a perder su inocencia. Es una metáfora del encierro
de España en aquella época y los sectores conservadores salen a escena en un
guiñol metateatral (un teatro de muñecos) El tono va pasando de la ternura a la
tragedia constantemente.
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