Es la única persona que ha ganado el Premio Planeta
en dos ocasiones: con Los enanos, (en 1962, pero le fue retirado porque había
adquirido con anterioridad el compromiso de publicación con Plaza & Janés)
y con Las hogueras (en 1964).
Tiene rasgos en común con los autores de la
"generación del medio siglo" (Goytisolo, Marsé, Aldecoa...) aunque la
crítica le prestó poca atención y su nombre se omite (su obra no se revalorizó
hasta los años 80-90).
Aunque tuvo que sortear a la censura, no tuvo muchos
problemas con ella ya que sus novelas realistas fueron de publicación tardía y
pudo así tratar temas que años antes habría sido imposible (como la guerra
civil desde la perspectiva de los vencidos, la prostitución, la homosexualidad,
el aborto...).
Su lenguaje es, a veces, brutal (algo que, según la
crítica, no procede siendo mujer).
- Los
enanos: cuenta la vida de
unos personajes vulgares en una pensión sucia y llena de ratas. Usa dos
narradores (uno objetivo y otro en primera persona, María, que habla a
través de su diario). Contiene rasgos tremendistas y muestra una visión
triste y despiadada de la sociedad de posguerra, pero no tuvo objeciones
por parte de la censura.
- Los
cien pájaros: una
narradora en primera persona relata su experiencia como profesora de una
niña de la burguesía. Aunque señala la distancia entre la burguesía y el
proletariado, se centra más en problemas existenciales que sociales. No
tuvo problemas con la censura.
- Las
hogueras: Sibila (ex modelo)
vive con su marido Archibald (intelectual interesado en las religiones) en
Mallorca. Ella añora su vida de modelo en París y busca el amor cerca del
Monegro (jornalero violento) con quien planea fugarse sin éxito. Acaba
resignándose a la rutina. La censura la autorizó.
- El
caballo rojo: aborda
el tema de la guerra civil y contiene muchos elementos autobiográficos (la
autora tuvo que abandonar Castellón huyendo de la guerra). El título alude
al nombre del café de Lorca en el que se reunían los refugiados republicanos
desplazados.
Aunque es bastante objetiva y no toma partido por ningún bando, tuvo problemas con la censura por el uso reiterado del término "fascistas", que tuvo que cambiar por "nacionales" para lograr la autorización.
- La
Madama: relata la vida de
la familia Espín, acomodada hasta que la guerra les arruinó. El
primogénito mete en la casa a "la madama", una mujer rescatada
de la prostitución que se convertirá en la dueña de la casa.
Sigue la línea de renovación formal que emprendió Martín-Santos con Tiempo de silencio, usando recursos como el contrapunto, la alternancia de voces, el monólogo interior, el salto continuo del presente al pasado...
La censura realizó tachaduras en pasajes crudos (como la descripción del estreñimiento de un muchacho en el campo de concentración) pero, tras varias modificaciones y renuncias, se pudo publicar sin alteraciones graves, permitiéndole describir la dura realidad de la guerra civil como no habría sido posible años atrás (de nuevo le favoreció la publicación tardía de sus obras).
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