Carmen Kurtz es el seudónimo de Carmen de Rafael y
Marés (Kurtz era el apellido de su marido), escritora valiente que se atrevió
con temas proscritos por el Régimen franquista y cuyas obras sufrieron graves
consecuencias por ello. Fue aún más silenciada que algunas de sus compañeras de
generación. Su obra comenzó a ser valorada en los años 80 cuando un grupo de
mujeres de universidades norteamericanas se fijó en ella.
En su obra denuncia abiertamente la situación de la
mujer ("creo en la literatura comprometida y si algo tiene que hacer el
escritor es denunciar las injusticias"). Además, hizo declaraciones
públicas en este sentido que, teniendo en cuenta el momento, fueron de gran
valentía. Afirmó que si la mujer española no tiene derechos ello tiene como
consecuencia que tampoco tenga deberes ni responsabilidades y que no se le
puede, por tanto, exigir interés o esfuerzo. Acusó directamente a los
escritores masculinos de impedir el avance de las escritoras y denunció el
trato discriminatorio que sufrían algunas autoras como Elena Soriano.
- Duermen
bajo las aguas: en ella
cuestiona todavía tímidamente (es su primera novela) algunos mitos
femeninos propagados por el franquismo. El argumento se centra en la vida
de una mujer sola con su hijo (su marido se va a la guerra) que pretende
ser independiente económicamente. Su manera de burlar la censura fue
situar la acción en Francia donde había una sociedad más avanzada. La
guerra de la que habla no es, por tanto, la nuestra, sino la Segunda
Guerra Mundial.
- La
vieja ley: en esta novela la
protagonista abandona España al comprobar que las circunstancias que vive
el país están muy lejos de permitirle ciertas conductas (defensa de su
deseo sexual, igualdad entre hombres y mujeres...). La censura no estuvo
dispuesta a pasar la conducta de una mujer insumisa a la que acusó de
excesivo libertinaje. La novela quedó mutilada creándose ambigüedades
debido a los párrafos omitidos que desvirtúan o dejan sin explicación
algunos comportamientos de la protagonista.
- El
desconocido:
ganadora del Premio Planeta en 1956, esta novela presenta el modelo
femenino que la sociedad exige para cuestionar, aunque tímidamente, el
orden establecido. La protagonista se debate entre el sentimiento de
repulsa ante los requerimientos de su marido y su sentido del
"deber". Su decisión será fingir, asumir el sacrificio y callar
su insatisfacción. Fue autorizada por la censura sin la menor dificultad.
- Las algas: reflexión sobre los rápidos cambios que estaba experimentando la sociedad española con la llegada del turismo. Asimismo, denuncia los excesos de una burguesía ociosa que se entrega al sexo y al engaño. Está escrita en forma de diario en el que Borja describe los días de verano en un pueblo de la Costa Brava (en boca de un hombre podía permitirse ciertas licencias). Mantiene una relación con una mujer de cincuenta años (él tiene diez menos). Mientras que ella es sincera, él la engaña con la mujer de un amigo, ya que él quiere una mujer tradicional. La censura puso el acento en fragmentos que atacaban la moral sexual (como un encuentro amoroso en la playa). Tampoco podía permitir que Kurtz valorara de manera positiva la llegada de los turistas, que eran considerados un peligro por traer a España costumbres más liberales.
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