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La deconstrucción


Es una especie de no-método, de una anti-crítica que pone en cuestionamiento los métodos tradicionales y el concepto de obra literaria. Implica una nueva forma de leer los textos, liberada de los prejuicios estéticos habituales. Se puede decir que es una crítica de la crítica.
La deconstrucción está estrechamente ligada al anti o postestructuralismo (Derrida desmonta los presupuestos en los que se basa el estructuralismo). Mientras los estructuralistas quieren dominar el texto y desvelar sus secretos, los postestructuralistas creen que es imposible porque existen fuerzas insconscientes, históricas o lingüísticas, que no pueden ser dominadas. Por eso, en vez de dar respuestas plantean cuestiones.
Aplicada a la teoría literaria, la deconstrucción se desarrolló en la Escuela de Yale. La influencia de Derrida en Estados Unidos penetró por el simposio internacional de Los lenguajes críticos y las ciencias del hombre de 1966, donde expuso su teoría del descentramiento de la estructura.
Derrida estuvo vinculado al grupo vanguardístico Tel Quel. Fue uno de los filósofos más famosos del mundo e intervino en defensa de causas como el apartheid.

CUESTIONAMIENTO DE LA LÓGICA DE LA IDENTIDAD
Derrida cuestionó la dependencia de la tradición filosófica occidental de la lógica de la identidad, que comprende las siguientes leyes:
  1. Ley de la identidad: "Lo que es, es".
  2. Ley de la contradicción: "Nada puede ser y, al mismo tiempo, no ser".
  3. Ley del medio excluido: "Todo debe ser o no ser".
Estas leyes implican la exclusión de características como la complejidad, la mediación o la diferencia. El propósito de la deconstrucción es, además de demostrar que estas leyes tienen carencias, abrir el campo filosófico para que pueda seguir siendo el terreno de la creatividad y la invención.

CONCEPTO DE DIFFÉRANCE
Concepto creado en 1968 a partir del comentario a F. de Saussure, para quien la lengua es un sistema de diferencias. Pretendía distinguir la diferencia conceptualizable de la que no puede conceptualizarse porque no es identidad. Différance es la diferencia diferida.
En teoría literaria, esta idea ha proporcionado una base a las propuestas de interpretación infinita, pues la différance dicta que todo signo es polisémico (lo que Derrida llama diseminación).
La escritura es la manifestación que mejor ejemplifica la différance. Según Saussure, la escritura es secundaria con respecto del habla (la esencia del lenguaje está contenida solo en el habla viva, la escritura es una deformación del lenguaje). Derrida cuestionó estas afirmaciones defendiendo que el lenguaje es escritura porque comparten rasgos.
El objetivo de Derrida es recuperar el poder de la escritura, que ha quedado subordinada a la palabra.


ESTRUCTURA
En su artículo La estructura, el signo y el juego en el discurso de las ciencias humanas, marcó un antes y un después en el concepto de estructura, asestándole un fuerte golpe al estructuralismo reinante.
Hasta ese momento, se buscaba asignarle a la estructura un centro, un origen fijo que organizaba coherentemente la estructura y limitaba su juego. En ese centro quedaba prohibida la sustitución de los elementos porque, como de la estructura, gozaba del privilegio de sustraerse a la misma. En ese sentido, concluía paradójico Derrida, el centro está dentro y fuera de la estructura. La conclusión era que el centro ya no es el centro

ATAQUE AL LOGOCENTRISMO
Según el logocentrismo, el centro de todo discurso se sitúa en el logos, la palabra. Concibe al ser como un ser reductible a su expresión lingüística, siendo la palabra una forma privilegiada de conocimiento.
Así, es el sentido el productor del lenguaje y no como dice el estructuralismo, que el lenguaje es el productor del sentido.
El logocentrismo da primacía a la palabra hablada por encima de la escritura.
El programa de la deconstrucción es una crítica directa a los fundamentos de la metafísica, que sostienen la vinculación entre palabra oral y razón. Esta unión de ambos conceptos, permite finalmente, identificar razón con realidad, ya que es la palabra la que describe la realidad.

Escuela de Yale
El volumen Deconstruction and criticism de 1979 se considera el manifiesto de la teoría literaria deconstruccionista. En él se defiende que la literatura no contiene un sentido incorporado.
Pero unir deconstrucción y teoría literaria es algo paradójico y conflictivo, pues no puede construirse un método cerrado (la deconstrucción se opone a todas las corrientes críticas) y el sentido es interminablemente alegórico. La deconstrucción, más bien, lo que hace es desestabilizar la crítica literaria. 
  • P. de Man
    • Visión y ceguera: el crítico dice algo que la obra no dice, pues los textos literarios son ciegos y la lectura del crítico intenta deconstruir dicha ceguera.
    • Alegorías de la lectura: obra en la que se percibe mayor impacto de las teorías de Derrida. Su forma de abordar los textos es analizando el funcionamiento de los tropos: deconstruye el texto mostrando sus supuestas intenciones hasta centrarse en un tropo para analizar la alegoría del texto. De un mismo texto pueden surgir dos lecturas enteramente coherentes pero incompatibles entre sí. No se puede decir cuál prevalece y una no puede existir sin la otra.
  • J. Hillis Miller
    Defiende la deconstrucción como una forma de lectura, ya que un texto se deconstruye a sí mismo desde el interior y no se puede hablar de un método aplicado exteriormente, sino de una lectura atenta. Frente a la tendencia de considerar a la lectura
    deconstructiva como un parásito que acaba destruyendo a su anfitrión (la lectura unívoca), Hillis Miller rechaza esta visión analizando cada término etimológicamente (parásito era originariamente algo positivo y anfitrión un amigo con quien se tiene un deber recíproco de hospitalidad o un extranjero enemigo). Ni la lectura obvia ni la deconstructiva son unívocas, cada una es, a la vez, anfitrión y parásito (una contiene a la otra y viceversa).
    Se basa en el concepto de mise en abyme (juego infinito del lenguaje en el que un signo se sustituye por otro sin fin).
  • G. H. Hartman
    Especialista en el romanticismo, sobre todo en la poesía de Wordsworth, no es un deconstruccionista dogmático, sino que hay aspectos de la deconstrucción que le atraen especialmente, como la libertad interpretativa. Interesado por los textos bíblicos, afirma que los Padres de la Iglesia, cuando pensaban estar respetando el sentido literal de la Escritura, estaban produciendo interpretaciones. Por lo tanto, para él la deconstrucción es leer tan atentamente un texto que los sentidos de este se abran de nuevo.
  • H. Bloom
    Aunque atacó en un principio a Derrida, su tetralogía sobre la influencia está relacionada con la deconstrucción. En esta obra desarrolla su teoría de la interpretación, en la que defiende que todo acto de interpretación es un acto de "violencia textual": la obra tiene que ser "mal leída". No hay interpretaciones, sino solamente malas interpretaciones.
    Un poema solo se conoce en una lectura y no hay textos sino relaciones entre textos. Las palabras se refieren solo a otras palabras y se relacionan con poemas ya leídos. La alusión de un poema a otro anterior se hace por lo que no dice, lo que reprime. Relaciona, así, el tropo con el concepto freudiano de defensa. La crítica es conocer los caminos secretos que van de poema a poema.
La deconstrucción no dejó indiferente a nadie. Se desató una polémica en la Universidad de Cambridge con motivo de la concesión del doctorado honoris causa a Derrida en 1992 y diversos autores de renombre se posicionaron en su contra:
  • Wellek denunció que el New Crticism (corriente que él defendía) se había convertido en víctima de los ataques de la deconstrucción y que esta lo que propugnaba era una anarquía, una total libertad de interpretación y un auto confesado nihilismo.
  • Abrams discutió las teorías de Hillis Miller, sobre todo el hecho de que afirmar que un crítico nunca puede acertar en su interpretación.
  • Todorov criticó que la deconstrucción, por su parte, defienda que el texto no significa nada, mientras que la pragmática acepte que un texto signifique cualquier cosa. Aunque la desconstrucción se base en el esceptismo es, a su vez, un dogmatismo, pues decide por adelantado lo que dice el texto: nada.

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